Capítulo 14: Encuentros inesperados

En la pantalla ponía que era Jace. No hice caso a su llamada. No entendía como a veces era un chico normal en el que podías confiar, y otras en un cabezota que no podías contradecir su idea. Me volví a dormir y me levanté por el ruido de mi madre.

-¡Felicidades, hija! -dijo dándome un beso en la frente.

-Gracias. ¿Te vas ya? -dije. Aunque no lo creáis mi madre trabajaba todos los días menos los domingos.

-Sí, pero cuando vuelva podemos celebrarlo. -dijo con una sonrisa. ¡No! Se me ha olvidado decirle que me han preparado una fiesta.

-Mamá, ¿puedo salir esta noche? -dije.

-Bueno...vale. Pero te quiero aquí a las dos de la mañana como muy tarde. Sólo porque cumples dieciocho años. -dijo y la abracé de la ilusión de poder estar hasta las dos de la mañana.

La verdad es muy raro ya que siempre me dejaba hasta las once de la noche cuando salía con Simón y sus amigos. Mi madre se fue y yo decidí ver si me había vuelto a llamar Jace. Tenía siete llamadas y dos mensajes de él. Iba a dar a leer el mensaje cuando alguien me llama.

-¡Felicidades!, Clary. -dijo Simón. No me acordaba que hoy era mi cumpleaños.

-Gracias, ya no me acordaba. -dije.
-¿No será, porque no quieres ver a Jace?

-No...Bueno sí. No lo sé. Cada día que pasa lo encuentro más raro.

-No debes preocuparte tanto, ¿quieres que vaya a tu casa?

-Vale, en una hora aquí. -dije y colgué.

Antes de que viniera me dio tiempo a desayunar, ducharme y ponerme la ropa. Me estaba peinando el pelo cuando llamaron a la puerta.

-¡Ya voy! -grité, corriendo a abrir la puerta.
Abrí la puerta con una sonrisa que se fue disipando al ver que la persona que tenía justo en frente de mí, no era mi mejor amigo.

-¿Qué haces aquí? -dije, mirando a la persona que tenía delante, ni más ni menos que Jace. Llevaba puesto una camiseta que le marcaba todos sus pectorales y unos pantalones dónde tenía una mano metida en el bolsillo.

-Venía a desearte un buen cumpleaños pero veo que no hace falta. -dijo mientras dejaba una rosa en el suelo y se iba.

-¡Jace, espera! -dije corriendo para alcanzarle pero le perdí de vista.

Vaya cumpleaños estoy teniendo. Volví a casa y me encontré con Simón en la puerta.

-¿Dónde estabas? Llevo esperando ya diez minutos. -dijo levantando una ceja.

-Lo siento pero estaba buscando al que me dejó esta rosa. -dije y la cogí con cuidado.

-Últimamente Clary, estás muy rara. -dijo entrando en mi casa.

Estuvimos hablando durante ¡dos horas! eso sí sin sacar el tema de Jace. Me sorprendió que me hablara sobre sus amigos de Estados Unidos. Aunque me dolió cuando habló de que tuvo una novia, Beth. Fue con ella su primer beso. No sé porqué me molestó que tuviera novia. Será que siempre he pensado que nosotros dos estaríamos juntos. Pero a pesar de eso, Jace hacía que mi corazón fuera más deprisa con solo mirarle desde lejos. Por otra parte me dijo que lo dejó con Beth ya que cada uno iba a vivir en dos países diferentes, y las relaciones a distancia casi nunca funcionan. Después de hablar sobre su vida, comencé a hablar de lo mal que lo pasé durante su ausencia con la repelente de Zoey y eso hizo que me cambiara de instituto.

-Bueno, me voy ya que se hace tarde. -dijo Simón.

-¿No te quedas a comer? -dije.

- No será mejor que me vaya. ¿Te recojo a las nueve?

-Vale. Hasta luego.

Me dispuse a comer, cuando alguien me llama. Cojo el teléfono y veo que es Izy.
-¿Quieres venir de compras? -dijo Izy sin decirme tan siquiera hola.

-¿Ahora? Vale, no tenía vestido. ¿Dónde quedamos?

-Si eso en tu casa dentro de media hora. -dijo Izy colgando sin que pudiera replicar.

Al cabo de media hora, Izy vino a mi casa y nos fuimos al centro comercial. Entramos en muchas tiendas y al final me decidí cogerme un vestido de color azul cielo que me llegaba hasta la rodilla. Izy se compró un vestido de color negro que le llegaba por encima de la rodilla. Al salir del centro comercial nos encontramos con alguien. ¿Siempre me tengo que encontrar con él en todos los sitios?